miércoles, 31 de diciembre de 2008

Fin de un año


¡Vaya día de mierda!

Hace muchos años que las uvas se me atragantan. Cuando todo el mundo parece feliz y brinda por un nuevo año, a mi me entra una tristeza infinita. Tristeza por lo que perdemos, por lo que nunca volverá. Es como el morir. Irremediable. Así que estoy de luto durante todo este 31 de diciembre que dicen dura un segundo más por no se qué ajustes horarios.

Hoy es un día de despedidas. De decir adiós a nuestros recuerdos de tiempos más recientes que en poco se convertirán en pretéritos.


domingo, 28 de diciembre de 2008

El Bosque de los Desamparados


Leo en el periódico que en Vilagarcía, la noche de Navidad, la policía local rescató a un vagabundo a punto de morir de frío. Se había refugiado en el Bosque de los Desamparados. Un lugar que no conozco. Ni sabía de su existencia.
Me imaginé un bosque frondoso, húmedo, con colchones de helechos y no muy alejado de la ciudad. Oscuro de día y más oscuro de noche .Un sitio visitado por los que se sienten huérfanos, perdidos, abandonados, rechazados pero sobre todo por los que están y se sienten desabrigados.

Pensé que el vagabundo, en realidad, estaba en su sitio. No estaba en una calle cualquiera donde sabe que es invisible. Sus pasos lo llevaron a ese bosque. A ese lugar de los desamparados. Que es lo que él era. Allí, a pesar de la baja temperatura, el sueño le venció y lo dejó helado como a la cerillera del “Cuento de navidad”. Claro que él no murió. Fue rescatado a tiempo.
Pero, ¿Por qué la policía local hace ronda nocturna en un bosque?

Me dio por buscar en la red “Bosque de los Desamparados Vilagarcía”.
Resulta que es una pequeña colina, cercana a la rotonda de la Marina Española, rodeada de viviendas. En 2005 se recurrió un proyecto de urbanización. En 2006 sufrió un incendio provocado. En 2007 se inauguró allí la Escuela de Idiomas y comenzó a urbanizarse.

Si pensamos en la invisibilidad que suele envolver a estas personas no deja de tener mérito que la policía lo rescatara.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Herencia gitana

A toda mi familia nos gusta cantar. Aprovechamos cualquier reunión para hacerlo. Cada uno tiene "su canción" aparte de las que interpretamos todos juntos. Mi padre por ejemplo canta canciones de Negrete y mi madre de la concha Piquer.
Yo también tengo un pequeño sitio en este mundo de la interpretación. Hoy como es Nochebuena me tocará cantar la mía. He decidido adelantarme unas horas.
¡Felices fiestas!
Ahí os queda con vídeo incluido. Ahora sí.

martes, 23 de diciembre de 2008

Mantecadas con Cola-Cao


Recuerdo que cuando era niña, por estas fechas,se me hacían interminables los días.
Desde el soniquete del sorteo de "El Gordo" que nos despertaba a través de la radio hasta la "Nochebuena" el tiempo se me hacía infinito. De ese tiempo recuerdo los desayunos al calor de la cocina de leña que se encendía con piñas que comprábamos en la tienda del barrio. Por una peseta te daban cuatro.
Tal día como hoy en 1960 , mi madre ya había comprado todos los dulces de Navidad. Entre ellos, mantecadas de Astorga que por entonces envasaban en cajas de madera .
Los cantarines Niños de San Ildefonso y el sabor de aquellas mantecadas con Cola-Cao vienen siempre a mi memoria por estas fechas. También las tardes de radio con "Matilde, Perico y Periquín" y Don Tomás, el abuelo, de unos amigos que murió siendo todavía yo una niña.
La próximidad del nuevo año llegaba a los vecinos de la escalera de mano de Don Tomás que regalaba siempre el calendario que traía de su trabajo en Faro de Vigo. De su casa recuerdo su gran gato negro y pasar a ver todos los años el árbol de Navidad que me parecía enorme. De aquellas visitas a su casa lo que más me gustaba era extasiarme viendo caer la nieve sobre un pueblo encerrado en una bola de cristal que ya quisiera haber tenido el mismísimo "Ciudadano Kane".


miércoles, 17 de diciembre de 2008

llegar tarde a todo


Si camino despacio
llegaré tarde a todo.
Incluso al cielo.
No me digas "date prisa"
que no quiero.
Si camino lentamente
pierdo un poco más de tiempo.´
voy pasito a pasito
a pasito lento.

domingo, 14 de diciembre de 2008

El tiempo



EL TIEMPO

Los años se nos van quedando en las pequeñas hendiduras de la piel, en el mirar de los ojos, en el cabello que cambia de color y en la forma de caminar. Esto último lo hacemos más despacio como si así retrasásemos los pasos del tiempo.
Cuando pienso que el tiempo pasa muy deprisa me acuerdo siempre de un amigo que mantiene que no es del todo cierto. Él hace colas. Se va a hacer cola a un banco, a Correos o a la oficina de Empleo donde el tiempo se hace realmente tedioso y no transcurre. En esos lugares diez minutos son realmente diez minutos aunque nos parezcan media hora.
Dentro de unos días tendré todo el tiempo libre del mundo. Es decir pasaré a incrementar las listas del paro debido a un expediente de regulación de empleo.
Todo el mundo me pregunta: “¿Qué vas a hacer?”. No tengo respuesta. Afirman: Ahora puedes hacer lo que quieras. No tengo respuesta.
Sí se lo que voy a hacer el 2 de enero: Comprobar que el tiempo no pasa tan deprisa si haces cola en el INEM.
¿Después…? Todo son interrogantes. ¿Daré tiempo al tiempo?, ¿Será cierto que el tiempo es el mejor consejero?, ¿Qué es eso de que el tiempo es oro?

Me acabo el café y creo que voy a pedir otro.
Victor Saint-Cir de Barbazán viene hacia aquí.
Ese mascarón , ese tiburón azul, que ve ahí es lo único que casi doscientos años después queda de “La Temeraria” el barco del pirata Roberto André de Lamazans. Adornaba el tajamar de proa…Pone dos copas en la mesa y parece dispuesto a seguir hablando…
Me gusta perder el tiempo, como ahora, sentada a una mesa de la Gloria de los Mares, una antigua taberna del puerto de Estelaria.

martes, 9 de diciembre de 2008

La ciudad imaginaria

La media luna de diciembre se acaba de hacer un hueco entre la niebla. Cuelga de la noche lo mismo que la primera vez que visité Estelaria .
En Estelaria, la niebla sigue siendo una constante de su viejo barrio marinero conocido popularmente como "la Lobeira". El olor a mar penetra a través de cristales y puertas. Entre las grietas de las casas crece musgo y por las fachadas ,e incluso en los tejados, hierbas, líquenes y enredaderas que se pegan a las paredes y las cubren por completo.
En junio La Lobeira se llena de pequeñas flores azules. Las hay a miles. Brotan entre el empedrado de sus callejuelas que llevan hacia el arenal donde rompe el mar y donde todavía quedan restos de lo que en otro tiempo fue un puerto importante.
Cuando paseas por la Lobeira la humedad se adhiere al cuerpo y al poco, sobre todo cuando hace calor, notas como tu piel adquiere un sabor salado y un tacto pegajoso.
Estelaria es una ciudad situada en un gran istmo que penetra varios kilómetros en el mar. Brumas y nieblas la envuelven muchos días al año. La hacen desparecer, incluso para los navegantes, si no fuera por los tres faros situados estratégicamente que con destellos de luces y sirenas advierten de su presencia.
Hoy hace un año que visité Estelaria por primera vez.