lunes, 1 de noviembre de 2010

Entre fantasmas


Se adelantó unas horas y al contrario de otros fallecidos, ella, vino la víspera de Difuntos. Tres años después de su tránsito aquella a la que tanto quise vino a verme para tan sólo darme un mimo en forma de abrazo. Así que la percibí, durante unos instantes, invisible a mi lado. Después, tan sólo, se dejó ver en el momento en que sus brazos me rodeaban.
Mi tía Chica, a la que le faltaba una mano, siempre supo envolverte de una forma especial. Lo hizo siempre de la misma manera que cuando eras una cría. Apretándote entre sus brazos con risas inolvidables. De este mismo modo, ayer, lo repitió. Y yo, además de sentir su mano derecha y el muñón de la izquierda en mi espalda, advertí que ella estaba extraordinariamente feliz. Solamente no recordaba nada de su último día entre nosotros. Y yo no se lo dije.

2 comentarios:

PÍNTEGA dijo...

Ya te echaba de menos, tenía ganas de leerte. Un beso

Gato Negro dijo...

Estaría muy orgullosa de ti. Incluso se haría un blog, y todo.