
Los años cada vez duran menos. Son demasiado cortos. El tiempo es sólo un espacio
que cuento por noches. Así nos vamos a dormir y amanecemos con un día más. Sin embargo ayer era joven y anteayer adolescente.
El espejo a fuerza de mirarte cada día no muestra los cambios. Claro que al verte en fotografías en las que en su día no te gustabas, ahora te encuentras estupenda.
Es indudable que uno cambia físicamente pero, ¿en nuestro interior no nos sentimos como cuando teníamos, por ejemplo, treinta?
El espacio que separa esas otras etapas vividas es cercano en el recuerdo, para mí.
Así que me pregunto, ¿Cómo será para mis padres?, ¿Y para mi abuela que ayer fuimos de compras y me decía: hija, pensar en el tipito que tenía yo…? Sin duda no se ven como les vemos, sin duda no me ven como me veo. ¿Necesitaremos todos gafas?
El cuadro es de la pintora portuguesa afincada en Londres, Paula Rego