sábado, 13 de junio de 2009

¡Mamáaaaaaaaa!


¡¡Pum, pom, pum, pum pom,pum pom!!.
!!Pum,pum, pom!!
Golpeaba tan fuerte que retumbaba toda mi caja torácica. Sentí pánico por la amenaza de algo que no podía controlar. Un mal sueño.
Un mal sueño en ese estado de duermevela en el que no todos los sentidos duermen. En este caso el oído. Así que mi corazón se agitó por algo que escuchaba mientras dormía. ¡¡Pum, pon,pum,pum, pom…!! Advertía este músculo asustado… ¡¡Pom,pom, pom pum!!, llamaba. Y por fin le oí y sentí la amenaza, algo grave acechaba y vigilaba mi sueño cuando no podía defenderme.
En otro tiempo hubiera gritado ¡Mamáaaaaaaa!. Y mamá hubiera saltado de su cama para ver que pasaba. (Algo tienen las madres que con tan sólo su presencia son capaces de calmar los temores más intensos).
Sin embargo mi subconsciente sabía que mamá no acudiría. Así que optó por gritar:
¡Canela!.
Y mi perra atravesó ese espacio de la nada que nos separa de la muerte. La oí correr por el pasillo, llegar a la puerta de mi habitación y desde allí pegar un salto hasta mi cama y acurrucarse a mi lado. El músculo del corazón recuperó su ritmo. Ya calmada y viendo lo fácil que resultó que acudiera Canela, llamé a Lúa que asomó su cabeza, se detuvo un instante mirándome, como sólo saben mirar los perros, y con un saltó ágil se colocó junto a mí.
Así arropada amanecí hoy.

La imagen corresponde a un cuadro de Gustav Klimt

2 comentarios:

Gato Negro dijo...

Hasta con un solo ojo te pueden decir mil cosas distintas. Solo los perros lo saben hacer. Felices sueños.

sinistro dijo...

Hoxe soñei. Espertei envolto nunha apertado edredón. Tiña calor e decidín non volver a soñar. Erguinme.

Un saúdo