
…Así que, ayer, treinta de enero, la actriz Vanessa Redgrave, el músico Phil Collins y yo estuvimos de cumpleaños…
Dicen por ahí que lo peor sería no cumplirlos. Así, que a modo de celebración, soplé una vela y pedí un deseo de los que nunca se cumplen, (a pesar de no decirlo en voz alta).
Yo, solamente apago una vela por ese uno más que se añade a tu vida. En este caso es un número redondo, impar y no es número primo.
Los anteriores?, ¡Uf! quien sabe dónde se han quedado. Andan por ahí perdidos entre infinitos recuerdos. Se me viene a la memoria mis veinticuatro con veinticuatro rosas que llamaron a mi puerta. También mis diecisiete por la edición especial que de “Platero y Yo” me regaló Marité. Esto es lo primero que se me viene a la cabeza al pensar en mis otros, ya pasados, cumpleaños.
Podría recordar, mis treinta, mis cuarenta e incluso mis cincuenta pero no quiero. De momento paseo por la vida y soy la misma pero con un cuerpo que cambió.
Soy de las que se cambiaron el color del pelo cuando los sinsabores me lo demandaron y de las que ahora abre ventanas cuando el sofocón me ataca.